La historia de una tragica obsesion

El tiempo pasado de una relación que culminó de la peor manera, en su ultima edición la revista "Noticias" publicó otra mirada del...

El tiempo pasado de una relación que culminó de la peor manera, en su ultima edición la revista "Noticias" publicó otra mirada del noviazgo entre Marianela Rago y Francisco Amador López. A ella la asesinaron, y él está detenido como principal sospechoso. Un ex compañero de la víctima recuerda los inicios de la relación entre él y Marianela: el primer beso de la pareja fue en uno de los pasillos de la escuela. “Al principio fue un amor clandestino. El rumor estaba en boca de todos: un preceptor salía con una alumna. Ella estaba embobada con él, pero como era el hijo de la directora del CIERG el tema fue silenciado”. Los padres de Marianela se oponían a esa relación: sabían de la historia oscura familiar de Francisco. En Río Grande, la conocían casi todos. Pero dos días antes del crimen, los ex novios se volvieron a ver. Francisco quería una nueva oportunidad. Según creen los investigadores, él enfureció porque ella estaba saliendo con otro.

Asesinos! ¿¡Por qué la mataron?!”, gritó Francisco Amador López (23) cuando los peritos de la Policía Federal confirmaron que su ex novia, Marianela Soledad Rago Zapata (19), había sido degollada en su departamento de Tucumán 2080, en el barrio porteño de Balvanera.

Sorprendidos, los vecinos contaron que Amador lloraba y se reía a carcajadas en la puerta del edificio. El cuerpo había sido encontrado pocos minutos antes por el hermano de la víctima, Matías (foto siguente). Amador fue el primero en llegar, antes de que se descubriera el crimen. Su presencia no habría sido casual.

Los investigadores creen que intentó crear una coartada: cuando llegó le dijo al portero que estaba preocupado porque Marianela no le respondía las llamadas. Eran las 20.30 del lunes 28 de junio. Por entonces, nadie sospechaba que ese chico podría ser el asesino.

“Estaba obsesionado con ella: le mandaba mails y mensajes de texto varias veces por día. Era una relación enfermiza. Ella pensaba que él la seguía todo el tiempo. Le tenía miedo”, cuenta un amigo de Marianela, la estudiante de periodismo asesinada el domingo 27 de junio. Por el crimen fue detenido, dos días después, Francisco Amador.


“Si me dejás, te mato”, le habría dicho Francisco a su ex novia, según reveló un testigo de la relación. Además, trascendió que una vez habría llegado a golpearla.

La historia revela una trama de celos, maltratos, amenazas y un pasado truculento. Francisco y Marianela se habían conocido en el Colegio Integral de Educación Río Grande: él era preceptor (su madre, María del Rosario Uribe, era la directora) y ella, alumna del último año de la secundaria. Hace un año y medio, Marianela se radicó en Buenos Aires para estudiar en la escuela de periodismo ETER con una beca entregada por la empresa Transportadora de Gas del Sur, de Tierra del Fuego, donde su padre Eduardo es directivo. Francisco ya vivía en la ciudad: trabajaba como técnico de computación en una empresa automotriz.

La tragedia. Pero Amador López tiene un pasado perturbador: hace 21 años, su padre Sergio Amador López (50), ingeniero electrónico y ex empresario, mató a golpes a su hijo de 20 días. Fue condenado a prisión perpetua y está detenido en la cárcel de Río Grande. Amador fue funcionario de José Estabillo, que gobernó Tierra del Fuego durante la década del '90: dirigió la empresa estatal Hidrocarburos Fueguinos Sociedad Anónima (Hifusa). Estando preso intentó aprovechar sus contactos políticos para que le redujeran la pena: primero le envió una carta al ex gobernador Carlos Manfredotti y hace un año hizo lo mismo con la gobernadora Fabiana Ríos. Pero su pedido de clemencia fracasó.

El crimen que cometió el padre de Francisco fue aberrante: él tenía dos años y dormía en su pieza cuando Sergio mató a golpes a su otro hijo, un bebé de 20 días. Su esposa creyó en su versión. Pero los jueces del Tribunal Oral del Distrito Judicial Norte de Tierra del Fuego no tuvieron dudas: para ellos, Sergio Amador había matado a su hijo porque lloraba y no lo dejaba dormir la siesta. El 13 de agosto de 1998, lo condenaron a cadena perpetua.

“Amador dijo que su hijo se había caído de la cuna, pero los peritos lo refutaron porque el bebé tenía fracturas en ambos lados del cráneo”, cuenta el periodista Daniel Puebla, periodista fueguino que cubrió el juicio.

Y la tragedia no tardó en volver a instalarse en la vida de Francisco. Un ex compañero de la víctima recuerda los inicios de la relación entre él y Marianela: el primer beso de la pareja fue en uno de los pasillos de la escuela. “Al principio fue un amor clandestino. El rumor estaba en boca de todos: un preceptor salía con una alumna. Ella estaba embobada con él, pero como era el hijo de la directora el tema fue silenciado”. Los padres de Marianela se oponían a esa relación: sabían de la historia oscura familiar de Francisco. En Río Grande, la conocían casi todos.

En Buenos Aires, el joven no se sintió señalado como en su ciudad natal. Pero el romance con Marianela perdió pasión. Ella lo había dejado hace un año, según cuentan los testigos. Además dicen que él insistía en volver con ella. “Una vez lo llevó a una fiesta. Después contó que él la había amenazado para que no lo dejara”, asegura una ex compañera de la víctima.

Dos días antes del crimen, los ex novios se volvieron a ver. Francisco quería una nueva oportunidad. Según creen los investigadores, él enfureció porque ella estaba saliendo con otro.

En el entorno de la víctima, juran que Francisco no pudo escapar de su pasado trágico. En Río Grande, cuentan dos escenas que reflejan la violencia que sufrió cuando era chico. Una vez, después de hacer una travesura, fue atado por su padre en un árbol del camping John Goodal, donde en el 2008 desapareció Sofía Herrera. Años más tarde, Sergio Amador lo golpeó durante una visita en la cárcel.

¿Esos antecedentes pudieron haber influido en la conducta de Amador? Para el médico psiquiatra y docente del UBA, Hugo Marietan, “una niñez violenta no genera un ser violento o un psicópata. A lo sumo se vuelve un resentido, pero no implica que va a repetir sobre otros la violencia recibida”.

El móvil. Francisco Amador fue detenido el martes 30 de junio en su departamento de Corrientes al 4500, en Almagro. En su casa encontraron ropa y toallas con manchas rojas. Las pericias determinarán si es sangre. Además tenía moretones en los brazos (se sospecha que podrían ser golpes defensivos que le dio la víctima) y en la billetera le encontraron una entrada del boliche Barbaro, en La Recoleta, donde el sábado 26 Marianela fue vista por sus amigas por última vez. Su hermano ya no vivía con ella: se había mudado al departamento de la novia.

Para los investigadores del caso, la reacción que tuvo Amador en la puerta del edificio donde vivía Marianela fue una puesta en escena. “Cuando Matías, el hermano de la chica, la encontró muerta y llegó la Policía, Amador lloraba y se reía”, cuenta Javier Iurat, encargado del edificio donde ocurrió el crimen.

¿Coartada pensada con frialdad o dolor sincero? Todavía no está claro. La autopsia reveló que la mataron con saña y odio: la cuchilla usada por el asesino estuvo a punto de decapitarla. Antes, la asfixió con sus manos. La chica fue encontrada boca abajo en su habitación. No fue violada. El homicida se llevó una notebook, un celular, un reproductor de DVD, las llaves y la cuchilla, que habría sido encontrada en la casa del acusado.

“El padre de Francisco no puede creer lo que pasó”, cuenta un allegado a Sergio Amador, que hace seis meses goza de salidas laborales de la cárcel. Todas las noches duerme en prisión. Cuando se enteró de que su hijo estaba involucrado en un asesinato, le dijo a su abogado que quería llamarlo. Hasta el jueves 1º, el día en que Francisco se declaró inocente ante el juez de instrucción Rodolfo Cresseri, no había podido comunicarse. Al igual que él, su hijo iba a dormir en una celda oscura. La tragedia parece repetirse.