La escuela antartica sigue sin reconstruirse

Hace aproximadamente un año, la Escuela 38 “Julio Argentino Roca” de la base antártica Esperanza, sufrió un terrible incendio que consumió t...

Hace aproximadamente un año, la Escuela 38 “Julio Argentino Roca” de la base antártica Esperanza, sufrió un terrible incendio que consumió totalmente sus instalaciones y dejó a una decena de alumnos sin un edificio para el normal dictado de clases.
Un año después, el establecimiento sigue sin ser reconstruido y los hijos del personal que cumple funciones en esa base militar no cuentan con un lugar adecuado para asistir a clases. Parece ser que los politicos solo se acuerdan de la Antartida cuando viajan a conocerla, como sucedio con la gobernadora Rios y el diputado Gorbacz que viajaron con otro grupo de diputados solo a conocer.
El personal docente que allí imparte enseñanzas debió rebuscárselas como les fue posible para cumplir con su actividad diaria.
El edificio haba sido construido en marzo de 1982, para poner en marcha un sistema de educación a distancia ideado por la Fuerza Aérea. A partir de 1993, las clases quedaron a cargo del Sistema de Educación a Distancia del Ejército, que función cuatro años, hasta que, en 1997, el Ministerio de Educación de Tierra del Fuego tomó posesión de la escuela.

Desde entonces, los maestros fueron designados por concurso con tres requisitos centrales: trabajar en el sistema fueguino, conformar un matrimonio donde ella y l fueran docentes y superar un concurso de actitud y un período de adaptación a la convivencia antártica dictado en lugares de la isla bajo un relativo aislamiento.
Dos docentes cumplen tareas este año en la base Esperanza Rosa Soto, directora de la Escuela 38, y Gustavo Lescano, su esposo que además es profesor “ambos debieron recurrir al ingenio para poder suplir al edificio incendiado y tuvieron que reubicar a los diez alumnos de diferente nivel para que no pierdan el año escolar” relata la crónica.
Trasladaron a los alumnos en una casa que fue reacondicionada para que los chicos tengan clases lo más normalmente posible “lo mejor hubiese sido que el edificio se reconstruyera inmediatamente pero lamentablemente eso no se hizo y hoy dependemos del alquiler de un casa reacondicionada que por ahora sirve, pero más adelante no sabemos” explicó el maestro.
En el continente blanco reciben clases diariamente cuatro chicos en EGB, dos en séptimo grado, dos en sala de cinco años y dos más en jardín maternal.
Por el momento y en medio de la desidia del Ministerio de Educación “los repartimos como pudimos; cuatro están en una aula, dos en otra habitación de esa casa que funciona como escuela, y los más chiquitos comparten un salón amplio mientras que el patio interno de la casa se utiliza para algunas actividades recreativas”, relató Lescano que junto a su esposa son los encargados del dictado de clases en la base Esperanza en la Antártida.

Los primeros fueguinos en incursionar en suelo antártico fueron los maestros Nora Alderete y Hugo Santillán, con sus hijos Mauro y Aylén, que tenían 9 y 4 años.

En 1978 se creó la Delegación Educativa Antártica, dependiente del Instituto Damaso Centeno.

Las instalaciones de la escuela fueron inauguradas en 1982.

En 1993 país a depender del sistema de educación a distancia del Ejército y funcionaba con tutores. Las clases las impartan las madres de los alumnos.

Desde 1997 depende del Ministerio de Educación de Tierra del Fuego, que cada año envía una pareja de maestros.