De un lado, hay nada. Del otro, solo números: Sofía Yasmín Herrera lleva 43 días sin aparecer; falta poco más de un mes para que cumpla cuat...

El de Sofía es uno entre los 562 casos de chicos desaparecidos a octubre de este año, en todo el pais. Enfrente hay nada; ésta es una historia con final abierto, un testigo sorprendente, sospechosos a la vuelta de cada esquina y diez minutos fatales: los diez minutos que los Herrera perdieron de vista a su hija, un domingo, de primavera.
El caso de Sofía es la segunda mejor búsqueda de la Argentina después de Julio López, en cuanto a despliegue y colaboración de la gente –dijo Juan Carr, titular de Red Solidaria. Las búsquedas son intensas, pero ninguno de los dos apareció.
ESE DOMINGO. El primer domingo de la primavera los Herrera se levantaron temprano: a las nueve menos cuarto. María Elena se protegió del sol tratando de adivinar la pantalla del celular y le envió un mensaje de texto a Paloma: ¿vamos a comer un asado?
Quedaron en verse en la estación de YPF. Madre al fin, María Elena pensó que podría refrescar y le preparó una muda de ropa a Sofía. Después cargó con algunos juguetes. Fabián ya había puesto en marcha la Meriva gris modelo 2004. Padre, madre e hija compraron carne en el supermercado y esperaron a la pareja amiga en la estación de Islas Malvinas al ochocientos. Fabián tomó allí algunas fotos de Sofía sin saber que serían las últimas. Al rato llegó el Ford Fiesta de Silvio Giménez y Noemí “Paloma” Ramírez, con sus hijos Shirley, de dos años, y Edgar, de nueve. En el asiento de atrás se acomodaba Néstor, de seis años, hermano de Paloma y protagonista involuntario de esta historia.
Sobre la marcha decidieron cambiar su destino: llegar hasta el campo La Antena los haría atravesar kilómetros y kilómetros de tierra y pozos, con María Elena embarazada de seis meses. Mejor ir al camping John Goodall, en la ruta 3, a 57 kilómetros de Río Grande. A las 11.30 los dos autos cruzaron la tranquera y pagaron 15 pesos cada uno al encargado del lugar, Alberto Urrutia.
Después lo de siempre: los hombres descargaron las cosas, las mujeres comenzaron a ordenar y finalmente los dos padres y los cuatro chicos se fueron de expedición a buscar leña: llegaron a caminar unos cuatrocientos metros y ésa fue la última vez que vieron a Sofía. Fabián y Silvio se adelantaron y mientras escuchaban a los chicos riéndose a lo lejos bajaron una barranca de unos cuarenta metros. Cuando vuelven a subir, a los diez minutos, sólo ven a Edgar y a Shirley jugando, e imaginan que Sofía y Néstor habían vuelto donde estaban las mujeres. Pero de pronto aparece Néstor, solo.
–¿Dónde está Sofía? –le pregunta minutos después María Elena a su esposo.
–¿No estaba con vos? –le dice Fabián.
Recién al día siguiente, ante la Justicia, Néstor relatará que vio cuando se la llevaban, que se lo dijo a su hermana, Paloma, pero que nadie lo escuchó. Paloma lo niega.
El camping John Goodall es un rectángulo de dieciséis hectáreas cubierto de lengas, sin peñascos, ni ríos, ni salida al mar. El perímetro está cercado con alambres de púa. Ellos eran los únicos que estaban ahí.
EL HOMBRE DE LA CARA ENOJADA. A las 10.40 del día siguiente Néstor Ramírez, de seis años, relató en sede judicial que alguien se llevó a Sofía: “Mientras buscábamos leña vi que Sofi se escondió detrás de un árbol, y luego detrás de otro. Fuimos para un lado donde había un campito grande que no tenía nada de árboles y de repente apareció un hombre vestido de negro, joven, que atrapó a Sofi, le tapó la boca, la levantó y la llevó a su auto. El auto era un Gol de dos puertas gris, y tenía una parte blanca y otra negra en el vidrio de adelante. Adentro del auto había un perro boxer, marrón claro y un poco del pecho era blanco. El boxer estaba sentado en el asiento de atrás. El hombre subió a Sofi al auto”.
Néstor asegura que mientras el hombre atrapaba a Sofía él fue corriendo hasta el auto y se asomó para ver qué había adentro: recuerda al boxer y a “las luces del tablero, que eran azules”. Y también que “el caño de escape tenía como agregado una partecita más que era la que hacía ruido... ruuummmm”.
El relato del chico, demasiado preciso, despertó suspicacias en los investigadores. Le hicieron “rueda de reconocimiento” de autos: mezclaron un Gol con un Corsa, Peugeot 206, Palio, etc. Y lo identificó.
Hicieron “rueda de perros” y también la superó.
–¿Querés decir algo más? –le preguntaron.
–El hombre que se llevó a Sofi tenía cara enojada. A todos lados llevaba cara enojada.
–¿Por qué decís “a todos lados”?
–¿El hombre estaba con cara enojada en otra parte. En el kiosco San Juan, que queda enfrente de la Escuela de Comercio, en Chacra, donde hay un patio.
Los fiscales Fernando López Robbio, Guillermo Garona y Cecilia Incardona volvieron a escuchar a Néstor el 30 de septiembre y el primero de octubre:
–El hombre tenía toda la cara negra y la ropa negra. Adentro del auto tenía todo un lujo, todo limpito, sin nada de papeles.
–¿Cómo era la cara negra?
–Como la de los esclavos en la televisión.
De inmediato le muestran imágenes de internet. El chico quería decir “tez tostada”.
–El hombre tenía en el cuello un tatuaje de dragón.
–¿Cómo estaba vestido?
–Remera negra con un dibujo que no me acuerdo, era un señor con un hacha, y pantalón negro y zapatillas negras.
–¿Cómo sabés que el auto era un Gol?
–Porque conozco los Gol, también los Corolla, mi mamá tiene uno. Y la Kangoo, porque Aldo (hermano) tiene una.
El informe psicológico hecho por Luis Camargo, Analía Surt (Policía de Tierra del Fuego) y María Alejandra Colucci (División Delitos contra Menores de la Policía Federal) descartó cualquier tipo de psicosis o patología infanto-juvenil grave, afirma que “posee una inteligencia de tipo práctica que le permitió subsistir a su entorno familiar (padre alcohólico, madre con retraso madurativo) y que no se aprecian en el niño “motivaciones para declarar en falso”.
Néstor es, hasta ahora, el único testigo.
–La primera declaración es lo que realmente vio –dijo uno de los investigadores–. Lo que no se puede establecer es si lo vio ese día.
Los precisos detalles de Néstor completaron un identikit, y los perros le dieron la razón: durante el peritaje en el camping se largaron perros en distintos sectores y todos coincidieron en “clavarse” en el mismo lugar, dentro de una franja de diez metros, el sitio donde, según Néstor, se llevaron a Sofía.
OTRAS VOCES, OTROS ÁMBITOS. Aquel domingo 28 de septiembre, a la noche, Esteban Stuardo preguntó, en un paso fronterizo, si había novedades sobre Sofía.
–Soy su padrino, yo estuve con ella hoy temprano –les dijo a los policías.
Cuando le toman declaración Stuardo dijo que era ayudante de albañil, chileno, y que esa tarde había ido a pescar cerca del camping con su amigo Juan Carlos Mena. Mena, ante la requisitoria policial, dijo que nunca había estado. El primero de octubre Stuardo volvió a declarar: le dijo al juez que estaba borracho, y cuando le preguntaron por qué mentía simplemente se largó a llorar. Stuardo tenía una mordida reciente de una nena en el antebrazo. El dentista de Sofía comparó las placas de dentadura con las huellas y no coincidieron.
José Vicente Aguilar es el suegro de Stuardo, también chileno, albañil, y estuvo preso por abuso de un niño de cinco años. Lleva un año y medio en libertad.
–Se le dio vuelta todo, y no encontramos nada –dijo una fuente judicial.
Rubén Tolaba es el sospechoso para la querella: es jujeño y su rostro coincide 65% con el identikit. Tiene un boxer marrón con el pecho blanco. Esa mañana de primavera salió a pescar con Aguilar en su Chevette bordó. En rueda de reconocimiento, Néstor no lo señaló.
Alrededor de los padres, como en el caso de Madelaine, la niña desaparecida en Portugal, se tejieron cientos de hipótesis: la posibilidad de un ajuste de cuentas, la relación entre las dos parejas.
–Da la sensación de que el padre sabe algo más –confió una fuente vinculada con la causa.
Fabián Herrera quedó huérfano a los nueve años, en el seno de una familia humilde. Nació en Córdoba y hace catorce años que vive en Río Grande. Trabaja en Condorsed Argentina, una fábrica textil, donde hace turnos rotativos de 14 a 23 o de 21 a 6.30. Tiene tres hijos de un matrimonio anterior. María Elena llegó a Tierra del Fuego desde Caleta Olivia, tiene un hijo de mas de 20 años, que vive fuera de la provincia. Buscó a Sofía durante años, pero no podía quedar embarazada. La relación entre ambas era simbiótica: “Sofía está todo el día pegada a mí”. De hecho, la sacó del jardín de infantes Dominó porque no quería quedarse sola, y con las clases de danza sucedió lo mismo.
Hugo y Edith Gudiño, videntes, llegaron desde Córdoba esta semana. Se les pagaron los pasajes de avión y 1.500 pesos para gastos. Se fueron sin encontrar nada. Héctor Ceballos, practicante de radiestesia (adivina con un péndulo) le dijo a Elena que su hija estaba en una estancia de Río Grande. No hallaron nada. Ahora dice que está en Copacabana. El vidente Cirilo Herrera dijo que la chica fue raptada por un Fiat color rojo que ahora está en Catamarca. La bruja chilena Isabel Ávila aseguró que Sofía cayó por una grieta.
Desde la semana pasada interviene un grupo de elite que envió el Ministerio de Justicia de la Nación.
CHICOS PERDIDOS. Hasta octubre pasado se registraron 562 denuncias de chicos perdidos, según Missing Children. En la ONG se asegura que los casos son más porque sólo se contabilizan los que tienen pedidos de búsqueda de la familia. Desde el año 2000 hubo 3.526 denuncias, que evolucionaron del siguiente modo:
–Este año la cifra es récord –dijo Lidia Grichener. Ahora, nosotros no podemos decir si es porque desaparecen más chicos o porque se conocen más casos.
De las 3.526 denuncias aún no se encontraron 138 (4%), el caso de 108 chicos se cerró por diversos motivos, se encontraron 3.280 (93%), de los cuales 54 estaban muertos y 3.225 con vida.
El siguiente cuadro muestra las razones vinculadas con su desaparición:
–La clave es no cesar nunca en la búsqueda –asegura Juan Carr–. Eso sirve para que finalmente hablen los que saben algo.
Sofía Herrera lleva cuarenta y tres días sin aparecer. El 30 de diciembre cumple cuatro años.
INVESTIGACIÓN: J L /JESICA BOSSI (EN RÍO GRANDE)
Nota Completa
El caso de Sofía es la segunda mejor búsqueda de la Argentina después de Julio López, en cuanto a despliegue y colaboración de la gente –dijo Juan Carr, titular de Red Solidaria. Las búsquedas son intensas, pero ninguno de los dos apareció.
ESE DOMINGO. El primer domingo de la primavera los Herrera se levantaron temprano: a las nueve menos cuarto. María Elena se protegió del sol tratando de adivinar la pantalla del celular y le envió un mensaje de texto a Paloma: ¿vamos a comer un asado?
Quedaron en verse en la estación de YPF. Madre al fin, María Elena pensó que podría refrescar y le preparó una muda de ropa a Sofía. Después cargó con algunos juguetes. Fabián ya había puesto en marcha la Meriva gris modelo 2004. Padre, madre e hija compraron carne en el supermercado y esperaron a la pareja amiga en la estación de Islas Malvinas al ochocientos. Fabián tomó allí algunas fotos de Sofía sin saber que serían las últimas. Al rato llegó el Ford Fiesta de Silvio Giménez y Noemí “Paloma” Ramírez, con sus hijos Shirley, de dos años, y Edgar, de nueve. En el asiento de atrás se acomodaba Néstor, de seis años, hermano de Paloma y protagonista involuntario de esta historia.
Sobre la marcha decidieron cambiar su destino: llegar hasta el campo La Antena los haría atravesar kilómetros y kilómetros de tierra y pozos, con María Elena embarazada de seis meses. Mejor ir al camping John Goodall, en la ruta 3, a 57 kilómetros de Río Grande. A las 11.30 los dos autos cruzaron la tranquera y pagaron 15 pesos cada uno al encargado del lugar, Alberto Urrutia.
Después lo de siempre: los hombres descargaron las cosas, las mujeres comenzaron a ordenar y finalmente los dos padres y los cuatro chicos se fueron de expedición a buscar leña: llegaron a caminar unos cuatrocientos metros y ésa fue la última vez que vieron a Sofía. Fabián y Silvio se adelantaron y mientras escuchaban a los chicos riéndose a lo lejos bajaron una barranca de unos cuarenta metros. Cuando vuelven a subir, a los diez minutos, sólo ven a Edgar y a Shirley jugando, e imaginan que Sofía y Néstor habían vuelto donde estaban las mujeres. Pero de pronto aparece Néstor, solo.
–¿Dónde está Sofía? –le pregunta minutos después María Elena a su esposo.
–¿No estaba con vos? –le dice Fabián.
Recién al día siguiente, ante la Justicia, Néstor relatará que vio cuando se la llevaban, que se lo dijo a su hermana, Paloma, pero que nadie lo escuchó. Paloma lo niega.
El camping John Goodall es un rectángulo de dieciséis hectáreas cubierto de lengas, sin peñascos, ni ríos, ni salida al mar. El perímetro está cercado con alambres de púa. Ellos eran los únicos que estaban ahí.
EL HOMBRE DE LA CARA ENOJADA. A las 10.40 del día siguiente Néstor Ramírez, de seis años, relató en sede judicial que alguien se llevó a Sofía: “Mientras buscábamos leña vi que Sofi se escondió detrás de un árbol, y luego detrás de otro. Fuimos para un lado donde había un campito grande que no tenía nada de árboles y de repente apareció un hombre vestido de negro, joven, que atrapó a Sofi, le tapó la boca, la levantó y la llevó a su auto. El auto era un Gol de dos puertas gris, y tenía una parte blanca y otra negra en el vidrio de adelante. Adentro del auto había un perro boxer, marrón claro y un poco del pecho era blanco. El boxer estaba sentado en el asiento de atrás. El hombre subió a Sofi al auto”.
Néstor asegura que mientras el hombre atrapaba a Sofía él fue corriendo hasta el auto y se asomó para ver qué había adentro: recuerda al boxer y a “las luces del tablero, que eran azules”. Y también que “el caño de escape tenía como agregado una partecita más que era la que hacía ruido... ruuummmm”.
El relato del chico, demasiado preciso, despertó suspicacias en los investigadores. Le hicieron “rueda de reconocimiento” de autos: mezclaron un Gol con un Corsa, Peugeot 206, Palio, etc. Y lo identificó.
Hicieron “rueda de perros” y también la superó.
–¿Querés decir algo más? –le preguntaron.
–El hombre que se llevó a Sofi tenía cara enojada. A todos lados llevaba cara enojada.
–¿Por qué decís “a todos lados”?
–¿El hombre estaba con cara enojada en otra parte. En el kiosco San Juan, que queda enfrente de la Escuela de Comercio, en Chacra, donde hay un patio.
Los fiscales Fernando López Robbio, Guillermo Garona y Cecilia Incardona volvieron a escuchar a Néstor el 30 de septiembre y el primero de octubre:
–El hombre tenía toda la cara negra y la ropa negra. Adentro del auto tenía todo un lujo, todo limpito, sin nada de papeles.
–¿Cómo era la cara negra?
–Como la de los esclavos en la televisión.
De inmediato le muestran imágenes de internet. El chico quería decir “tez tostada”.
–El hombre tenía en el cuello un tatuaje de dragón.
–¿Cómo estaba vestido?
–Remera negra con un dibujo que no me acuerdo, era un señor con un hacha, y pantalón negro y zapatillas negras.
–¿Cómo sabés que el auto era un Gol?
–Porque conozco los Gol, también los Corolla, mi mamá tiene uno. Y la Kangoo, porque Aldo (hermano) tiene una.
El informe psicológico hecho por Luis Camargo, Analía Surt (Policía de Tierra del Fuego) y María Alejandra Colucci (División Delitos contra Menores de la Policía Federal) descartó cualquier tipo de psicosis o patología infanto-juvenil grave, afirma que “posee una inteligencia de tipo práctica que le permitió subsistir a su entorno familiar (padre alcohólico, madre con retraso madurativo) y que no se aprecian en el niño “motivaciones para declarar en falso”.
Néstor es, hasta ahora, el único testigo.
–La primera declaración es lo que realmente vio –dijo uno de los investigadores–. Lo que no se puede establecer es si lo vio ese día.
Los precisos detalles de Néstor completaron un identikit, y los perros le dieron la razón: durante el peritaje en el camping se largaron perros en distintos sectores y todos coincidieron en “clavarse” en el mismo lugar, dentro de una franja de diez metros, el sitio donde, según Néstor, se llevaron a Sofía.
OTRAS VOCES, OTROS ÁMBITOS. Aquel domingo 28 de septiembre, a la noche, Esteban Stuardo preguntó, en un paso fronterizo, si había novedades sobre Sofía.
–Soy su padrino, yo estuve con ella hoy temprano –les dijo a los policías.
Cuando le toman declaración Stuardo dijo que era ayudante de albañil, chileno, y que esa tarde había ido a pescar cerca del camping con su amigo Juan Carlos Mena. Mena, ante la requisitoria policial, dijo que nunca había estado. El primero de octubre Stuardo volvió a declarar: le dijo al juez que estaba borracho, y cuando le preguntaron por qué mentía simplemente se largó a llorar. Stuardo tenía una mordida reciente de una nena en el antebrazo. El dentista de Sofía comparó las placas de dentadura con las huellas y no coincidieron.
José Vicente Aguilar es el suegro de Stuardo, también chileno, albañil, y estuvo preso por abuso de un niño de cinco años. Lleva un año y medio en libertad.
–Se le dio vuelta todo, y no encontramos nada –dijo una fuente judicial.
Rubén Tolaba es el sospechoso para la querella: es jujeño y su rostro coincide 65% con el identikit. Tiene un boxer marrón con el pecho blanco. Esa mañana de primavera salió a pescar con Aguilar en su Chevette bordó. En rueda de reconocimiento, Néstor no lo señaló.
Alrededor de los padres, como en el caso de Madelaine, la niña desaparecida en Portugal, se tejieron cientos de hipótesis: la posibilidad de un ajuste de cuentas, la relación entre las dos parejas.
–Da la sensación de que el padre sabe algo más –confió una fuente vinculada con la causa.
Fabián Herrera quedó huérfano a los nueve años, en el seno de una familia humilde. Nació en Córdoba y hace catorce años que vive en Río Grande. Trabaja en Condorsed Argentina, una fábrica textil, donde hace turnos rotativos de 14 a 23 o de 21 a 6.30. Tiene tres hijos de un matrimonio anterior. María Elena llegó a Tierra del Fuego desde Caleta Olivia, tiene un hijo de mas de 20 años, que vive fuera de la provincia. Buscó a Sofía durante años, pero no podía quedar embarazada. La relación entre ambas era simbiótica: “Sofía está todo el día pegada a mí”. De hecho, la sacó del jardín de infantes Dominó porque no quería quedarse sola, y con las clases de danza sucedió lo mismo.
Hugo y Edith Gudiño, videntes, llegaron desde Córdoba esta semana. Se les pagaron los pasajes de avión y 1.500 pesos para gastos. Se fueron sin encontrar nada. Héctor Ceballos, practicante de radiestesia (adivina con un péndulo) le dijo a Elena que su hija estaba en una estancia de Río Grande. No hallaron nada. Ahora dice que está en Copacabana. El vidente Cirilo Herrera dijo que la chica fue raptada por un Fiat color rojo que ahora está en Catamarca. La bruja chilena Isabel Ávila aseguró que Sofía cayó por una grieta.
Desde la semana pasada interviene un grupo de elite que envió el Ministerio de Justicia de la Nación.
CHICOS PERDIDOS. Hasta octubre pasado se registraron 562 denuncias de chicos perdidos, según Missing Children. En la ONG se asegura que los casos son más porque sólo se contabilizan los que tienen pedidos de búsqueda de la familia. Desde el año 2000 hubo 3.526 denuncias, que evolucionaron del siguiente modo:
–Este año la cifra es récord –dijo Lidia Grichener. Ahora, nosotros no podemos decir si es porque desaparecen más chicos o porque se conocen más casos.
De las 3.526 denuncias aún no se encontraron 138 (4%), el caso de 108 chicos se cerró por diversos motivos, se encontraron 3.280 (93%), de los cuales 54 estaban muertos y 3.225 con vida.
El siguiente cuadro muestra las razones vinculadas con su desaparición:
–La clave es no cesar nunca en la búsqueda –asegura Juan Carr–. Eso sirve para que finalmente hablen los que saben algo.
Sofía Herrera lleva cuarenta y tres días sin aparecer. El 30 de diciembre cumple cuatro años.
INVESTIGACIÓN: J L /JESICA BOSSI (EN RÍO GRANDE)
Esta es una verdadera nota periodística y no las pavadas que escuchamos desde hace más de 40 días sobre el caso Sofía. Felicito a la autoa. ¿Es de Río Grande o del diario Crítica? Para poder informar y escribir bien hay que jugarse a todo, ser capaz de meterse donde nadie se anima. Por fin los fueguinos sabemos algo concreto.
ResponderBorrarCuales fueron las primeras medidas tomadas por el Juez? Cuales fueron los pedidos de diligencias probatorias y/o investigativas solicitadas por los jovenes fiscales?
ResponderBorrarQue dice el requerimiento de instrucción?
FELICITACIONES JESICA BOSSI!!! Es la primera vez en tanto tiempo que tenemos un informe que nos informa seriamente de algunos detalles de la investigación. Este trabajo que no rompe con ningún secreto de sumario, tendría que haber sido proporcionado por el poder judicial. Sobretodo, para llevar tranquilidad a la ciudadanía de algún modo. Felicito a esta mujer que tuvo la gran idea de escribir con mucho respeto y objetividad. Nunca vas a estar dentro del poder judicial...sos demasiada inteligente y por sobre todas las cosas tenés algo que no podes tener en la justicia: SOLIDARIDAD POR LOS QUE SUFREN EN ESTA SOCIEDAD POR ESTE CASO. SEGUÍ ADELANTE. TE FELICITO
ResponderBorrarjajja esta nota la hizo porque el sr gowland le dio todo los detalles a ese medio nacional. Y no hizo lo mismo con los medios provinciales. Ademas otra cosa... es aberrante que pusieran en la nota la mina esta de bsas que los padres del nene testigo son un padre alcoholico y la madre retrasada. UNA VERGUENZA!! pero como es una porteña quien la escribio nadie dira nada.
ResponderBorrarSi este informe lo hubiera escrito un medio local o cronicas estarian hablando de un periodismo de mierda que escribe solo boludeces!
QUE LINDO MAÑANA CUANDO EL NENE VAYA A LA ESCUELA Y LOS COMPAÑERITOS LE DIGAN " tu papa es un borracho" " tu mama es una tarada" .
bien bien genia la que escribio la nota!!
pero porque no te vas a la puta madre pelotuda!
bueno, gracias cronicas tambien, el unico lugar donde lo pude ver es en este portal. coincido con los demas por fin sabemos algo, los giles que apoyamos este gobierno, este jefe de policia, estos jueces gracias cronicas...
ResponderBorrarPor fin sabemos algo más; porque estábamos hartos de las declaraciones vacías que daba el vocero que ni me acuerdo cómo se llama. Crónicas no se mueran nuncaaaaaa...
ResponderBorrarLa comunidad, que está susceptible con este caso necesitaba saber qué se está haciendo y qué es lo que falta por hacer por parte de las autoridades. Al fin y al cabo esto es una isla y la chiquita en algún lugar debe estar. Además el hecho de no saber daba para mil suspicacias.
Esto más que un informe periodístico serio parece una novela sensiblera y chabacana, tan berreta como la investigación misma.
ResponderBorrarLo único real es la trajedia.
1. Los dos padres salen abuscar leña con los cuatro chicos ¿y se adelantan dejándolos al cuidado de Dios? ¿A quién se le ocurre ir a buscar leña con dos criaturas de dos y tres años?
ResponderBorrar2. Edgar estaba con Shirley, pero Nestor aparece solo ¿y nadie le pregunta por Sofía?.
3. "¿Dónde está Sofia?", le pregunta minutos después María Elena a su esposo. No le preguntan a Néstor que estaba con ella.
4. ¿El encargado del camping no vió el gol gris, el hombre de negro, el perro marrón?
5. ¿Nestor salió del camping porque el auto estaba afuera del predio?
6. ¿Cómo pudo acercarse tanto al auto del señor con la cara enojada? ¿No tuvo miedo? ¿El perro no ladró? ¿Cómo no lo descubrieron espiando?
7. Si tiene una inteligencia tan práctica ¿Cómo no corrió a contar lo que pasaba???
8. Cuando lo vieron solo ¿Cómo no le preguntaron por Sofía, si ella estaba con él?
9. ¿Por qué no les hacen un informe psicológico a todos los integrantes de estos grupos familiares, si todo es tan extraño?
10. De qué nena era la mordedura que tenía Stuardo en el antebrazo?
11. ¿Quién les pagó a los videntes?
12. Si la relación de Sofía con la madre era tan simbiótica ¿Cómo pudo descuidarla tanto?
13. "DA LA SENSACIÓN DE QUE EL PADRE SABE ALGO MÁS" es la única frase creible de este novelón policial de cuarta.
RIOS, ya no sabes que hacer para safar de este kilombo, cuanto le pagastes a esta mina para que escriba que esta todo bien >?.
ResponderBorrarANNNDAAAAAAAA
como dicen que fueron a pescar si todavia no estaba abierta la temporada de pesca.. alli ya tienen una infraccion, el juez les hizo sumario o no conoce las leyes vigentes????
ResponderBorraral comentario 10. la pesca de mar es todo el año. me imagino que se refiere a esa pesca y no a la de agua dulce que arrancó el 1ero de noviembre la temporada.
ResponderBorrarDe acuerdo con 7 y 8.
ResponderBorrarEsta historia es menos creible que la promesa de la revolucion productiva y el salariazo (aunque varios se la hayan tragado).
Gente linda: dejen de comer carne podrida porque los gases de la fermentacion les estan abombando el craneo. Por favor. Y NO dejen de buscar a Sofia porque no se la llevo ningun marciano, EL RESPONSABLE ESTA CAMUFLADO ENTRE NOSOTROS y hay que desenmascararlo.
Ponganse a pensar.
Sigamos buscando a Sofia, tarde o temprano la vamos a encontrar, a ella y al enfermo mental que la escondió, que se esta haciendo el boludo como el mejor, pero se mandó la cagada y el olor, a la larga o a la corta, lo va a delatar.
ResponderBorrarNO PAREMOS HASTA ENCONTRAR LA VERDAD.
Que sigan buscando los rescatistas, esos la van a encontrar , porque dejaron de buscasr ?
ResponderBorrarAl comentario Nº8. Faltan otras preguntas; era necesario esparcirse por todo el campo con los niños "para buscar" leña?, si podes comprarla por unos pocos pesos al encargado; ese padre, participó de campañas politicas de algun senador cuartetero como grupo de choque, y es amigo de otros famosos conocidos en Rio Grande y Ushuaia. Jesica BOSSI, deberías hacer un trabajo de campo más serio.
ResponderBorrarAl del comentario 11 no se refiere a la pesca en el mar, dijo clarito que estaban pescando en el rio Ewan. Alli la pesca no esta abierta todo el año
ResponderBorrarTodos sabemos que cuando la atencion se esparce, se pierde la concentracion. No nos distraigamos con tantas pavadas que aparecen ,ni con teorias esotericas. La verdad de la milanesa esta aca nomas y la vamos a saber pronto. Todos queremos encontrar a Sofi y lo vamos a lograr. Estamos en una isla, nos conocemos y conocemos el lugar. Mas tarde o mas temprano todo se sabe, tal vez pueda ser algo dificil de probar... pero se sabe.
ResponderBorrarNo aflojemos, la vamos a encontrar.
no entiendo por que tantos comentarios en contra de los padres?.por que no creer lo que dijo el nene?por que no creer que estos tipos tienen algo q ver?bueno ,qye se yo a la nena no la encuentran y ya paso mucho tiempo ,estan haciendo bien las cosas?
ResponderBorrarEstoy de acuerdo con el comentario Nro. 4, ya que la divulgación injustificada de datos que identifican al menor (no sólo que se informa el modo de saber donde está y quién es -lo que podría poner en riesgo su vida- sino que también se cuenta la historia de su familia que NO TIENE POR QUÉ SER PUBLICADA) es muy peligrosa y contraria a la ética, sobre todo porque, aùn sabiendo esa información la periodista (que seguramente la obtuvo del abogado Gowland o de las fotocopias que este "repartió" a gusto y piaccere a políticos y periodistas) podría haber preservado al menor Néstor de la exposición mediática. NO LO HIZO Y ESO ES ALGO QUE HABLA MUY MAL DE ELLA. ES UNA IMPRUDENTE. Y POR ESO DEBEMOS REPROCHARLE LA NOTA.
ResponderBorrarLa nota buena, mala o mediocre, según el ojo de cada uno... La verdad es que cada vez se conocen más datos que acrecientan la incertidumbre, la duda y el temor por la suerte de Sofía y la seguridad de todos.
ResponderBorrarAdhiero como mamá por la pronta resolución de este caso (mi hija tiene casi la misma edad de Sofi), pero desde la realidad...como dijo alguien en el blog: a no distraerse con cuentitos mágicos, esoterismo y videncias (que por otro lado, todas resultaron erróneas) el o los responsables están entre nosotros.
Sé que como padres es inconcebible y macabro pensar en algún tipo de responsabilidad en el hecho...pero ante tantas dudas, siempre las familias o allegados son investigados, siempre, eso tienen que entenderlo, más aún en este caso en donde hay dichos y desdichos, nene que habló, hermana y tres mayores que no escucharon... y todos los interrogantes que se plantean más arriba...
Sofi, rezamos por vos.
A los padres cuando les van a hacer un psicologico? hasta cuando van a seguir con esta mentira?
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